Nuestra propia identidad visual, ese proyecto al que le das vueltas y más vueltas, hasta que lo ves. Y es entonces cuando de verdad te identificas con él.

Es el caso de la identidad para Denada Estudio. Después de barajar durante semanas cientos de nombres, nos decantamos por Denada por varias razones. Buscábamos un nombre fácil de nombrar, fácil de escribir, que no tuviese las letras “s”, “z”, “x”, “q”, “h”, “ñ”, “y”, “c”, “w” y “v”, y a poder ser que tuviese un significado, y Denada entra dentro de estas premisas. Además de esto, nos gustó el juego que podía dar el nombre, puesto que en castellano se podría leer como “de nada”, tanto como respuesta a un agradecimiento o para decir que algo surge de la nada; y en euskera “dena da”, que quiere decir “lo es todo”, como referencia a la respuesta que solemos dar cuando nos preguntan ¿que es eso del diseño gráfico?.

El logotipo fue otra aventura. Buscábamos un logotipo acorde a la simpleza o complejidad, según como se mire, del nombre. Pensamos entonces que podría ser una imagen lineal isométrica, pero creando una forma imposible jugando con la perspectiva, acordándonos como no de Maurits Cornelis Escher. Y así llegamos a esta forma geométrica, que según la referencia de profundidad elegida, tiene una forma u otra, acompañando así a la ambigüedad del nombre Denada.